Lo que Scrat a aprendió del Coyote y viceversa
Alguien dijo por ahí-a ver, alce la voz que no se le oye, por favor-que apasionarse por algo y someterse al antojo del deseo encarnaba otra forma de esclavitud. Por supuesto que no lo dijo Scrat, mucho menos el Coyote. Todos sabemos eso, quiero decir, todos, empezando por mí, y terminando. Lo dijo Benito empecinado en hablar de la libertad. Pasando en limpio, apasionarse no es tan bueno, señores. Entendiendo por señores a Scrat y el Coyote. La bellota y el correcaminos, se merecen estar incluidos además, son parte de la causa. La causa es la siguiente: a estos señores no se les mueve un pelo cuando de alterar el orden de las cosas se trata. Queremos decir-aquí nos detenemos y comenzamos a hablar como se debe-quiero decir, que la bellota y el correcaminos son lo que la suma de los ángulos interiores de un triángulo representa para la trigonometría: pura tranquilidad. Que no se les mueva un pelo, no es caprichoso ¿a quién se le movería algún pelo en el momento de ir detrás de un apetitos...