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Mostrando las entradas de enero, 2011

Hierro mata,Hierro muere

"Debo agradecer o maldecir esta circunstancia de poder sentir todavía amor a pesar de tanta desdicha?" Alejandra Pizarnik En efecto, lo que causó tanto daño, podríamos decir, fue demás efecto. Estamos preparados para mentir a diestra y siniestra, dicho sea de paso. Ningún lector se atrevería a pensar ( o leer) entrelíneas. La causa, es en afecto. La ira viene con el pucho de costeleta. La envidia, bien, como de costumbre. El ganso se fue volando como boludo en para qué de diversiones; sólo que esta vez el para qué era un laberinto de cera o una caja de fósforos patitos. Cual Hierro mata, se repetían sus amantes, que en alegoría de la vida zurcían las bombachas que él les rompía a tirones. Hierro mata, como buen carpintero era el célebre ganso volando hacia el para qué de diversiones. Los efectos que se hicieron sentir fueron variados. Uno de ellos, dificultades a la distancia, holgaba insistir el piloto encargado de ajustarse la ausencia de miopes gafas para curar la vista e

Mente en negro

La mente en negro, sin las ventajas de un tiro libre-o de las bondades de la mismísima ley de ventaja. La tabla (de lavar fósiles) rasa y sus consecuencias hacia abajo. Los centros también se hacen pensar, más con la noche y sus sonrosadas intenciones, que invita. La mujercita tibia ensaya completarse como mujer. Huele el semen y huye despavorida. En sentido contrario, a veces. Son sus sonrosadas intenciones palpando el ganso que la sobre-coge en demasía. Lagartija tímida que escapa del rey león. Pero sobrecoge más la extraña extinción de centrosjás, que definan, tan indispensables para la delantera. La modernidad tiene esas consecuencias tibias y sonrosadas. Voy a intentar una historia en pocas líneas, quizá, en algunas páginas más, en algunas páginas menos. Se supone que es interesante, pero ni mi gato Hank lo garantiza: “... el sexo no prospera en medio de la monotonía ...”cita (a ciegas) de la precursora de drogas blandas y escritores que se la creen. Anais Nim, impecable, urdida p

Teoría moderna del éxito

Teoría moderna del éxito, jugando al pan y queso: de ninguna cabeza se escapa el triunfo. La vergüenza es execrable, pero infinita. Con razón (o sin ella) un rendido puede escupir y tomarse un descanso. Embriagarse es parte del juego, aunque empache. -¿cómo andás vos? -yo, viendo. Apunta un indeciso rendido mientras abre el paraguas de la bandera blanca. -te convidaría un poco de paraguas si no fuera. -no importa, ya vas a recordar, si es que tenés algo qué recordar. ....................................................................... .......... ....................... ............................................................................................................la herencia familiar, pos, el éxito con temor a lavarse el pelo con Wellapons: a lo sumo, ir detrás del futuro que hecha luz cuando me acaricias con tus piernas. Pendiente, la música con sus clásicos (porqué no... muchas gracias, buenas noches) cuatro acordes tiene su 14 de febrero. Un parche a lo Minguito pero

¡Ah!

¡Ah! La opulencia musical del barrio se hace escuchar, y en su ausencia más aniñada. Soñar con dosis de ansiolíticos surtidas por el vecino que comparte, que obliga a compartir su miseria musical. Con los parlantes más pequeños pero infinitamente más poderosos: la música del barrio. Gana el tango, a veces, el cansancio de la mañana que agota el repertorio. Y todos a dormir. ................................................................. En su despacho. Formal y dad. A quejarse a magoya: - Llore, pero igual no va a mamar ni una gota de la que le corresponde, los tiempos de comunismo se hicieron terminar, eructa McCarthy desde la tumba. Esto trajo buenos resultados; y malos. Por malos entendemos no poder elegir-como en sueños tampoco (tan poco o menos) a quién besar o abanicarse el móvil decoroso que en la vigilia se resiste. Porque no elegimos: el vecino comparte su miseria musical, de hecho. Algo falta, y no hablo de ponerla (¿se me entiende?), al fin y al cabo......

Como el culo

Befa y todo-como si hubiera algo más allá y se omitiera, que dado el caso, la befa lo es todo-retroceder nunca, rendirse, habría que pensarlo. Porque, pensémoslo bien, la rendición podría representar un buen papel. Colocar todo en su lugar, incluida la befa. Artículo en mano, comenzar a recapacitar. Y va la segunda, prolongación de la primera. Pero lo que importa en este momento, es la representación de la primera: la rendición. Centrar a la befa en el centro mismo del meollo de la cuestión (Anotación del autor). Burlarse de la mala racha, y de todo, ese meo yo de la cuestión que me tiene tan alertado. Subrayar bien las palabras que no van a ir (Nota subrayada del autor). Diría que la mala racha es un viaje de ida que sólo se regresa (optar por solo si hay posibilidad de regresar, comentario al pie del autor) de anticipación. Asado y ferné. De culo dirían los changos en el barrio. Filosofía que muy pocos marxistas comprenden. El culo tiene sus virtudes. Gracias al culo podem