Como el culo


Befa y todo-como si hubiera algo más allá y se omitiera, que dado el caso, la befa lo es todo-retroceder nunca, rendirse, habría que pensarlo. Porque, pensémoslo bien, la rendición podría representar un buen papel. Colocar todo en su lugar, incluida la befa. Artículo en mano, comenzar a recapacitar. Y va la segunda, prolongación de la primera.

Pero lo que importa en este momento, es la representación de la primera: la rendición. Centrar a la befa en el centro mismo del meollo de la cuestión (Anotación del autor). Burlarse de la mala racha, y de todo, ese meo yo de la cuestión que me tiene tan alertado. Subrayar bien las palabras que no van a ir (Nota subrayada del autor). Diría que la mala racha es un viaje de ida que sólo se regresa (optar por solo si hay posibilidad de regresar, comentario al pie del autor) de anticipación. Asado y ferné. De culo dirían los changos en el barrio. Filosofía que muy pocos marxistas comprenden. El culo tiene sus virtudes.

Gracias al culo podemos dormir tranquilos en caso de mala racha, dicho de otra manera, el culo es el “receptáculo” (nótese de qué manera insiste el culo en nuestras palabras) ideal en donde depositar el orden anormal de lo que nos perjudica ¿cómo no entregarse a la seducción de la célebre frase: me va como el culo? El culo encierra, como hemos adelantado, virtudes descomunales a la hora-de-la-freudocatarsis. Pero el culo libera, muy seguidamente, indignidades tales como sus propiedades antropofágicas: el dedo en el culo. Yo diría que dos pueden ser peor, también que estas elucubraciones tienden al relativismo (perdón, Carlitos por tanta flojes, el culo es un tema delicado para tratar, y emergen las retenciones hacia adentro, incluido objetos familiares como los dedos)(no dejarse sugestionar por las retenciones: esto no es ahorrar, es pura tacañería. Nota borrosa, aparentemente subrayada) y que requieren, mejor dicho, exigen una aclaración pertinente ¿A quién no se le ha pasado por la cabeza (y por el culo, por qué no) que tal indignidad para otro puede ser hasta reconfortante? Sé que nadie osaría en contradecir que un buen culo, un culo generoso, un culo receptivo, un culo exultante se merece estar en el centro mismo del meollo, indistintamente.

Pero yo quería verificar el posible papel que puede jugar la palabra rendición en todo este asunto y me fui por el culo (subrayado). Rendirse hasta es necesario. Blandir la indudable bandera blanca en buena señal para el enemigo. Del resto se encargará el historiador de los vencidos. (Alertar al lector que no se desaliente, estas estupideces guardan un posible tesoro escondido entrelíneas. Anotación del autor preocupado por el principal lector en este momento, que es él mismo).
Saliendo de la trinchera el aire perfumado de la pólvora todavía entrelíneas, uno fumándose un pucho aunque no fume. Todo ha terminado. Ser vencido, es extirparse entrelíneas el tesoro inaudito de la buena racha. Quizá por única vez, todo salió bien. Porque extirparse ese tesoro inaudito, es extirparse al que cavó la trinchera, y así sucesivamente.

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