Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2011

Una noche(13-08-06/11)

Yo te llevo a la montaña A ese músculo de agua y mineral que asombra al tímpano Por una noche de felicidad Soy yo llevando, prefabricado en la oquedad A un borrador añado vocablos distinguidos Asiduos persuadidos a experimentarse en lugares poco apropiados Porque la montaña es una fuente ferviente corregida de tiempo Yo te llevo como a una segunda herida hecha por un cardo bajo el crepúsculo Confundida por el brotar del corazón del corazón de un hombre inventado De escasa realidad Irrumpo con la herida fresca ofreciendo don y sacrilegio en las manos Con esa herida abierta te llevo a la montaña A ese músculo de agua y mineral Por una noche de felicidad
Envidio tus flores, tan parecidas a las que florecían en mi jardín; por puro depresivo nomás. Hoy me suicidio juiciosamente, sobriamente. Soberanamente-es parte de la terapia al Mundo funcionando antes de mi-la ecuación a través, a- traviesa (atraviesa) las aguas turbulentas de un azar entrañable. Para los adeptos a las teorías del Yo, y los que completan el Sudoku con ayuda de la solución, os digo: FARMACOPEA ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. ………………… ……………………………………………………….. Es fácil contarlo todo cuando uno no estuvo ahí. Pero yo resolví (auto-convencí) a contarlo como si yo mismo fuera ese niño que desarma un reloj para saber qué es el tiempo. Así y todo, la ingenuidad- escupida terapéutica directa al grano/zona que no distingue ni pitos ni conchas-y la rivalidad son cuestiones de lugar. Eso rozaba un versículo inédito y apócrifo (salvando la contradicción que alberga, nadie nunca dudó en atribuírselo al embele

Once upon a time

Habíamos deducido el barro en la tarde, en el parque y el banco que escogimos para sentarnos. Los nísperos que llevé los comimos rápidamente. No hubo viento que afloje las palabras aferradas a los árboles que también eran de barro. Yo había comenzado a silbar como me enseñaron los muchachos. ¿Recordás? fue cuando te tragaste mi silbido con un beso.