Aproveché para escribir mientras no estás. Se que te hubiese gustado estar, aquí presente, mirándome escribir para vos, recostada en la cama de arena imaginaria en la que se trasforma nuestra cama cuando queremos. Pero no estás, y es mi oportunidad para hablar de vos o lo que es lo mismo, del día en que me di cuenta que estaba siendo feliz. Como sabés, la trama literaria ha cambiado, y por proximidad, las cartas-¿viste que cada vez se escriben menos cartas?-también tienden a cambiar. Entonces, comencé a ser feliz la noche que te abracé fuerte, y vos me preguntaste y yo respondí: “ nada, nada, no pasa nada... estaba soñando” , y regresaste a vivir a tu mundo interior que el despertador se encargaría media hora después de quitártelo. Fue la lluvia, ¿recordás?, comenzamos creyendo en la lluvia antes que en nosotros mismos, antes de creer en la posibilidad de medir el tiempo de otra manera, porque ya hacía rato que venía demasiado acelerado, como decías tan lindo. Ahora que recuerdo, e...
Le rendíamos culto viendo quién la hacía llegar más lejos; el que se manchaba la mano era el que hablaba primero. Onanismo literario empedernido y altruista. En el estudio de un eximio mártir, su biógrafo, encontró el hueco del escándalo. En el estudio de un eximio mártir, en la gaveta de su escritorio predilecto, su biógrafo, encontró el hueco del escándalo. En la pagina 103 punto seguido se alcanzaba a sospechar la travesía descuidada de un forastero o el arrebato turbado-como estábamos nosotros para entonces. Para entonces, mi querido eximio y mártir, dónde entrábamos nosotros en la justificación de ese hueco enigmático de la pagina 103 o de la 102 (llegado el caso, se hallaron dos huecos, uno de cada lado, según del lado que se lo mire). Reírse del accidente era como meter el dedo, un deleite insignificante y vanamente alentador. En la pagina 102 punto seguido se podía interrumpir la lectura regular para avanzar a un relleno inesperado- proveniente de la pagina 104 -y deliberadamen...
me voy a la mierda y a mi no me siguen las puertas de los edificios ni las mujeres afeitadas con Prestobarba de aquí la cosa no se ve mucho mejor ojalá encuentre alguien con quien hablar quiero acabar con este tic con este tic con este tic una piedra en el zapato equivale a irse a la mierda sin que a uno lo sigan las puertas de los edificios y lo demás es vivir en consecuencia.
claro que si, ya lo hiciste
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