Botellazo en el mate

Nadie más apropiado para apodarse Botellazo que este tipo. Pero había que tratarlo con pinzas, eso lo sabíamos nosotros, los que nos considerábamos sus amigos, entre los que estaba Bumbuna, el bautista que le dio ese indiscutible título de hombre a tener cuidado. Los que no lo conocían, lo mejor que podían hacer, era sospechar que botellazo, ante cualquier duda, como principio indefendible-en el barrio a eso le llamamos cagazo-se merecía respeto. Acostumbrados a decretar asuetos, huelgas que nunca se cumplían, yutas colectivas a las que sólo respondíamos los cuatro: Bumbuna, el Héctor, Botellazo y yo a quien los changos conocían desde siempre como Magu; nos reuníamos en la puerta de la nocturna a deliberar el motivo: el motivo siempre de respeto tanto como Botellazo, una vez determinado, no había objeto, nos embarcábamos hasta con viento en la proa, locual significaba, amonestaciones o pedidos de expulsión. Era común ver llegar a Botellazo rumiando, seguramente estuvo haciéndolo toda la tarde en su celda mientras picaba carne para empanadas, en el bar donde trabajaba picando carne para empanadas, y planeando el motivo que nos comunicaría esta misma noche, apresurado, pero lo diría, y lo diría mal, entre dientes, y se le queda enroscado en la punta de la lengua; porque se trataba de un motivo inobjetable, en palabras (las únicas que hizo entender). De todas maneras, terminaríamos en el pool de la Rioja. Ahorrémonos preguntas molestas, de paso, les ahorro un mal momento por si algún día corren la suerte (porque es posible que salgan a correrla para safar) de conocer a Botellazo. Botellazo fue bautizado en la clase de Lengua. Al profe no se le ocurrió mejor tarea para la casa que pedirnos que seleccionemos un escrito cualquiera de nuestro agrado para compartirlo en el aula. Ese día, Botellazo -todavía conocido con el mismo nombre que figuraba en su DNI, es decir (debería decir, es llamarlo) -Ramiro Valquiria llevó un texto sobre Jauretche inundado de esa palabra que ninguno conocía y que a él le producía un efecto edificante, que lo extasiaba alegremente cada vez que la pronunciaba. Sin duda, nosotros éramos unos ignorantes, pero el único capaz de comprender a Valquiria esa noche además del profe, era Lautaro Rodríguez, su némesis. Botellazo, al referirse a Rodríguez usaba palabras como el coso, hojota (en el caso del contexto futbolístico), el dueño de la pelota (también en un contexto futbolístico o cuando se abría una partida de truco y Rodríguez acostumbrado a los tiempos de ajedrez con su abuelo se tomaba el tiempo que le apetecía, que por cierto lo deschababa como un angurriento), y después de esa noche, claro, Botellazo tenía razón, dicho a su modo (sic.) lo tenía calado, los oligarcas usan el mismo perfume. Pormenor que ninguno de nosotros comprendía ya que Rodríguez oligarca o no usaba perfumes sofisticados que le traía su abuelo de Alemania. Ustedes deben estar suponiendo ya, que Rodríguez llevó un poema que hirió la sensibilidad peronista de Valquiria, y que éste lo interrumpió con improperios (como se dice en mi barrio: lo putiaba) y con un botellazo le propinó seis puntos en la cabeza al dueño de la pelota-o deberíamos decir, de la botella. Oportunidad para ser expulsado de la nocturna por agitador y por violento, ah!, pero ¡Perón, Perón qué grande sos! Valquiria fue incorporado a las filas militantes de justicialistas del movimiento. Si llegaron a suponer todo ese asunto complicado, debo decir, son unos admirables hijos de puta, jamás se me ocurriría contarle esto a gente tan inteligente. Sin embargo, me queda un pequeño consuelo: la botella ¿de dónde salió? Y como gente inteligente (si Botellazo los conociera les llamaría oligarcas de mierda) de abundantes supuestos, dirán cosas como que era de suponer en una escuela nocturna en la que sus alumnos en su gran mayoría son adultos y bla bla bla; y vuelvo a decir, son unos admirables hijos de puta, agregando un pequeño detalle: la botella, la botella se la dio el profe de Lengua, compañero que llenó personalmente la ficha de afiliación de Botellazo al partido.

Comentarios

  1. Militantes
    empedirnidos : dos pajaros de un tiro.

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  2. Daniel, paso a contestarte el comentario que dejaste en mi blog. No, Eddy no es una alegoría, es un personaje real que transita por la Facultad. Quiero aclarar que les tengo mucho respeto y simpatía a los estudiantes de Filosofia y Letras, más aún, te diría, que a mi propios compañeros de Psicología, entre los cuales muchas veces me siento un bicho raro. Y también respeto a la gente grande que va a la Facu, o a la gente que tarda más que otros en recibirse. Eddy no es ninguno de estos casos. Vah, como decía el post, en realidad nadie sabe nada a ciencia cierta sobre él. Sólo que se trata de uno de los tantos personajes típicos de la facu. Una amiga que comentó el post dijo "Es un personaje adorable. Vos todavía no te cruzaste a los no piolitas"
    Y es así. Con el tiempo tuve oportunidad de cruzarme con los personajes no-piolitas, y no estuvo para nada bueno. Yo no sé si en todas las carreras pasará esto, pero en Psicología hay una serie de personajes extraños sobre los cuales, quizas en otra ocasión, valga la pena escribir.

    Gracias por pasarte. Saludos!

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  3. Tal vez,nosotros estamos de ese lado de los estudiantes de Psicología,el de los personajes extraños y dignos de conocer jaja

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